sábado, 13 de abril de 2013

la ruta perdida de la quinua

Estaba yo buscando la olla de oro al final del arcoíris, como también buscaba el paitití o el gran dorado, hasta que llegué a la oficina del vice Vásquez con mis chelitas de quinua sin alcohol, y vi el mapa del tesoro denominado la “Ruta de la Quinua 2013". Entonces con ese típico entorno militar recibí la amable invitación del vice para ser parte de la expedición en busca del tesoro de la quinua, un tesoro milenario que data de más de 7.000 años. Me enliste en las filas de este ejercito por mail, como ya soy más moderno, porque pronto llegará el Túpac Katari ¿no ve?.

Día 1
Llegue asustado a la partida porque me atrasé  como típico boliviano y ahora radicado en Tarija. La partida era a las 7 am., yo estaba apareciendo a las 9.30 am., pero para mí tranquilidad hay más patriotas que yo encabezados por nuestras autoridades que se aparecieron a concientizarnos tipo 11 am.

Busqué rápidamente a los organizadores para conseguir mi ticket de viaje. Yo pensé que en Alemania las maquinas de emisión de tickets de viaje eran muy modernas, hasta q me encontré con el sistema más avanzado de la era: ¡firme aquí!, en esta planilla llene sus datos y esto sirve para respaldo social, político y económico; ¿Quién se puede negar ante tanta ciencia? ¡Listo! una funcionaria llamada “Perlita” me llevó hasta la cápsula espacial con ruedas de tipo Vip "Bus de periodistas". Después de discursitos y ¿¿¿pavonerias?? (mejor sácalo esto) e ir a saludar  y despedirme de amigos quinueros, subí al bus que inició su partida rumbo a la ruta perdida de la quinua. Entre la plaza Murillo y llegar a Patacamaya me sentí como convocado a la selección boliviana por el bigotón Azkargorta, con esa sensación de saber que iba ir a jugar como nunca y perder como siempre.
Ya desembarcando en las primeras plantaciones de qura jawira o jatuquira y nunca sabré cuál es, porque no creo q un lugar tenga dos nombres, tal vez en velocidad luz visitamos los dos para mí que era uno solo y no me di cuenta. Entre mis pasos de la carretera y las multitudes que bailaban, que abrazaban en medio de las plantaciones de la quinua, y los disparos sin piedad de las cámaras y filmadoras, encontré mi verdad, llegué a la respuestas precisas de los siglos de la sabiduría, ¿quién soy yo?, ¿para qué estoy aquí?, y hacia dónde voy?. Yo era el infiltrado de los periodistas, estaba allí por la invitación del vice e iba en busca del tesoro milenario "La Quinoa (como le dicen los gringos)".

Bueno ya era hora del rancho otra vez volvió la tecnología más moderna a la luz, esta vez con un nuevo plus: ¡firme aquí! y sirve para dos refrigerios, el de la mañana y el de la tarde, claro a cargo de Perlita; pero como es tan moderno este sistema de ciencia yo solo recibí uno, claro días más tarde descubrí que en esas raciones estaban los dos en uno.

Llegamos a Patacamaya entre recibimientos, ejércitos custodiándonos, música andina de fondo y una gran alegría  vestida de cordialidad y amabilidad por parte de los pobladores, ya para ese momento me sentía Messi y sin ganar ningún balón de oro, sólo por estar tras del grano de oro. Esperábamos un gran banquete,  la pitufisorpresita, comimos quinua empezando allí hasta nuestro destino final, esos días de la ruta mis intestinos ya tenían valor de exportación de tanta quinua que comí.
Saliendo de Patacamaya empezamos a darnos cuenta que Tigo no tiene señal en toda la carretera, sólo la empresa de los bolivianos, gracias a ello muchos compañeros periodistas salvaron sus reportajes y laburo durante toda la ruta y no sufrieron los descuentos famosos por no enviar sus notas. Eso lo tuve que aprender al ver sufrir a Adri,  mi compañera de casi toda la expedición, salvo algunos pequeños tramos de fuga tras sus notas de prensa. Hasta yo terminé saliendo al aire para que no le lleguen sus multas por los reportajes famosos. Y como siempre la voz inconfundible de Juanjo (de Radio Patria Nueva) y sus salidas al aire desde el lugar de los hechos.

Al arribar a Caracollo ya me sentía más cerca de casa, ya me había adaptado a que tenían que tratarme bien porque era de la prensa. ¡Claro! nuestro chofercito entendía súper bien por eso manejaba como la tortuga para cuidarnos y hacernos llegar al último momento para que vean que somos importantes. En la marcha a Oruro, ya hasta había hecho amistades a nombre de mi medio “Cadena y Radio azul" nombre que le di en honor a mi fiel chompa que llevaba conmigo y que ha sido mi fiel compañera de viajes y viajes.

A Oruro, oruroooooo se llegaba y se divisaba su tradición carnavalera del  cual disfrutamos durante la cena, entre diablos y chelas de mi competencia, cariño del ya tantas veces mencionado, el vice. Confirmamos una vez más que es la capital del folklore de Bolivia y patrimonio intangible y cultural de la humanidad. Pernóctamos en stadium del San José como buenos futboleros en la curva sur.

Día 2

Cinco de la mañana firmes y listos para cambiar de bus,  esta vez para llegar más temprano que todos a los lugares para cubrir nuestras notas de prensa y reportajes. Camino a Challapata volvió la tecnología: ¡firme aquí!. Cerca a Pazña vimos a unos comunarios con cartelitos,  pensamos que eran nuestros fans de facebook, así que con la astucia de nuestro nuevo chofercito llegamos primeros a Challapata,  capital del comercio y contrabando de la quinua. Pero estaba rarito allí nadie más hablaba ni reconocía y eso que ya éramos famosos en todas las redes sociales y redes internacionales. Tuvimos la primera parada pequeña por las indisposiciones del Camba, que se fueron repitiendo en el trayecto y sus magnificase tomas de video. No le tiramos bola a esa situación de los challapatenses y nos fuimos a desayunar a la plaza uno de esos apis chapis con su buñuelo como si fuera oreja de elefante. En medio de disfrutar ese suculento alimento se oyó un grito de ejército a través del celular touch phone de Perlita que decía: ¿Dónde está la prensa?, ¡¿por qué no están aquí cubriendo las noticias?!
Tuvimos que tragar rápidamente todo alimento y subir al bus vip, que nos llevó de volada hasta donde nuestros fans de Pazña. Descubrimos que no habían sido nuestros fans del face  y sus cartelitos habían sido las señalizaciones de la ruta que teníamos de seguir.  Para variar otra vez los últimos en llegar y ya a estas alturas aparecieron las primeras bajas en nuestras filas ya habían las dos primeras bajas los desaparecidos de los periodistas.

Entre ver al vice montado en cima segadora moderna de quinua  y los campos maduros encontré un tesorito mi prima hace más de 6 años que no la veía, que grata alegría verla  y ahora no sólo estar unidos por la sangre sino también por la ruta, y para variar había sido también periodista de Oruro, claro todavía ligas menores.
Al subir a nuestro bus y avanzar una nueva baja en las filas el Tatú, otro periodista más desparecido claro que este pensó durante la ruta que iba ganar un premio por siempre estar desaparecido y perdido en cada población.

Arribando ya a Challapata otra vez  pero esta vez con todo el cariño y cordialidad de la población, visitamos tarde también, la planta de Anapqui, pioneros en la exportación del grano andino.  Vino a mi mente un recuerdo de cuando estuve en Barcelona en el almacén de su principal cliente en las Europas, por un momento pude visualizar toda la cadena de la exportación y toda la logística que tiene haber para que el grano de oro llegue hasta su destino final, ¡claro! no pude visualizar el mar ¿será por qué ya no lo tenemos?, aunque escuche por ahí que pronto lo recuperaremos a la cabeza de un ex presi.

Después de un desayuno deli con quinua y sin la tecnología: ¡firme aquí!, fuimos en camino a Sevaruyo. Una parada, como siempre ultimitos nosotros, en la capital de la cerveza boliviana Huari, allí tome unas fotitos a mis chelitas sin alcohol pidiendo que modelara la Ceci, una periodista cambita independiente, tipo las top modelos de Santa Cruz, disfrutamos unos jugos de quinua cortesía de la comunidad y otra vez al bus,  esta vez otra pequeña parada a la cabeza de Sergio y Jorge para fotografiar a las llamas,  fieles socias compañeras de la quinua orgánica. Al llegar a Sevaruyo descubrimos que esa pequeña parada hizo que llegáramos otra vez últimos al evento. Durante el evento el silencioso Rubén avanzaba a pasos agigantados sus reportajes, mientras nosotros fotografiamos niños, ancianos, mujeres y muchos rostros más relacionados con la quinua milenaria; eso ponía contento a mi corazón porque ya parecía que estábamos más del tesoro buscado.

En Sevaruyo se rajaron con el almuerzo los organizadores,  nos dieron arroz como una invitación próxima y futura de la "ruta del arroz", también reunieron a todos los periodistas y vimos que no habíamos sido los vip, sino que había más vip porque otros periodistas viajaban en vehículos exclusivos, salvo un caso rarito de un tal “Chayo” que iba en ambulancia, como si esto fuera una carrera de rápidos y furiosos. Hasta dos se nos revelaron y se fueron de nuestro bus en otro vehículo más acorde a ellos, ante tales circunstancias rellenaron nuestro bus vip, con otro tipo de compañeros que ya no pertenecían a la prensa, como si fuera el arca de Noé.

Ya llegando se  suma otra grata sorpresa el Nanito,  un compañero del cole también en la Ruta de la Quinua. ¡Qué colorido más lindo durante los bailes y evento!, que simplicidad me recordó que la esencia de la vida está en la sencillez de las cosas y la simplicidad te da la paz que necesitas. Bien comiditos nuevamente últimos en partir hacia Rodeo la próxima comunidad en nuestro itinerario, al llegar muy tarde allí descubrimos que nos fueron con rodeos y que no estábamos allí para ver algo de la quinua, sino para entregar una radio base de la empresa de los bolivianos.  Bueno el frio del altiplano se podía sentir, el eco de los ajayus se transmitía a través de los suaves y delicados pero punzantes caricias del viento, en el fondo los cielos más hermosos que  jamás haya visto yo como periodista infiltrado, unos matices de naranja, con rosado, negro y azul celeste, que se fusionaban al anunciarnos que llego la noche.
La noticia en medio de la nada mientras empezábamos a partir, había dos nuevas bajas los nombres no los recordamos ni siquiera Perlita que salió a la búsqueda de uno de ellos y luego cuando volvió sin encontrarlo se dio cuenta que era a otro que estaba buscando, de todos modos para nuestro consuelo sabíamos que uno de ellos sabia caminar 12 horas sin parar así que estábamos tranquilos podía llegar a pie hasta el próximo destino.  A los pocos segundos, sonó el celu phone touch de Perlita recibiendo el reporte del caminante que estaba en otro vehículo en la caravana porque ya no quería caminar 12 horas más.

Bueno ya casi al finalizar el día llegamos a la capital de la quinua real, Salinas de Garci Mendoza, ya muertos de hambre y sed, más sacudidos por ese caminito que parecía que estábamos por horas sobre una cernidora de quinua. Ya saben tarde otra vez, nos dirigimos campantes hacia la plaza principal, allí nos acomodamos en la alcaldía para dormir después de tomar fotografías y hacer nuestras notas de prensa, mientras cargaba mi celu para poder sacar fotos especiales para mis reportajes del face, disfrutaba de la fiesta tan linda que se armó con la música originaria de la comunidad andina de la quinua de ese lugar. Al ir a retirar mi celu que deje cargando en la esquina de la plaza en un boliche de chelas, descubrí que los de Salinas de Garci Mendoza, machos habían sido para hacer negocios, me cobró una luca por 20 minutos de cargar mi cel de la prensa  y me dijo que si me hubiera pasado se hubiera incrementado mi cuenta, así como si fuera un cibercafé.

Ya para dormir había dos opciones:  o dormir sobre Adri o que ella duerma sobre mí, definimos que ella dormiría abajo sería más fácil acomodarnos así, pues las camas de dos pisos que nos dieron no daban para más. Mientras los tortolitos del bus de la prensa buscaban su nido de privacidad y lo hallaron en la ofi del vicepresidente del Consejo de la Municipalidad, como fieles guardianes de que nuestros equipos recargarían sus baterías.
Bueno mientras me acostaba en la sala común, habían algunos que se estaban cargando pilas extras entre amigos y algunos se acostaban para dormir tal el caso de la caperucita roja, Doly, que se armo con todo para dormir y para que el lobo feroz no se la coma.

Día 3

No sé en que momento perdí la razón o la conciencia pero al final desperté por los gritos de Perlita que ya insistía en que como batallón teníamos que estar listos para partir hacia el último día de la ruta, más animados que nunca nos levantamos con el deseo ferviente de disfrutar del maravilloso salar de Uyuni. Para que no lleguemos tarde esta vez todos nos cedieron el paso para ser los primeros en cargar combustible en la estación de servicio de nuestra tan desgastada empresa nacional de hidrocarburos por tanto marketing que se le hace y tanto saqueo económico que recibe, mientras cargábamos el combustible que bello e imponente se veía el guardián de los andes "el Tunupa". Con combustible lleno el vehículo nos fuimos hacia la estación experimental Irpani, esta vez escoltados por la policía y por una camioneta del Senasag. Llegando a Irpani recibimos nuestra ración con el sistema ¡firme aquí!, y una excelente explicación técnica por los del Iniaf, para nuestras notas de prensa, en medio de ello, recibimos la instrucción de que deberíamos adelantarnos hacia Uyuni k, que era el próximo destino así que partimos más que de prisa ya que allí nos darían alcance las autoridades que estaban liderando y organizando este maravilloso tours.

Bueno, nosotros bien obedientes siempre, fuimos siguiendo a la policía que nos guiaba, empezó a acercarse al salar y por decisión de Perlita y Quorum nuestro hicimos otra pequeña parada para sacar fotos a los flamencos a orillas del salar, pensábamos que no tendríamos más oportunidad y supusimos que no entraríamos al salar. Bueno después de las fotitos subimos rápidamente al bus para ir hacia nuestro destino pero no se veían muy bien a nuestras escoltas, así que aceleramos al máximo y vimos que entraron hacia el salar para ser buenos y profesionales puntuales seguimos esa ruta que se veía al horizonte, cuando ya casi al salir del salar sentimos una maniobra rara de nuestro chofercito y sentimos que el bus se inclino y paro de golpe, ni modo tuvimos que salir por la ventana, el bus se había entrado a un pequeño ojo de agua del salar.

Bueno,  como todos éramos ingenieros y mecánicos, empezamos a tratar de sacar el bus del hueco, por el espacio de casi dos horas, entre llevar piedras, sacar fotos, disfrutar de la charla íbamos avanzando a buen ritmo, hasta que otra vez sonó el celular de Perlita, ¿dónde está la prensa?, bueno, ni modo se tuvo que explicar que hubo un pequeño accidente que ahora nos retrasaba todo.  Al poco rato nuestras escoltas aparecieron para tratar de ayudarnos, intentos de enganches y de jalar una y otra vez y ese bus que no salía, bueno las horas avanzaron más, al poco rato mas vehículos aparecieron y otros intentos más, nada con ese bus, nuestros conocimientos de ingeniería para ese punto ya estaban obsoletos de todos.
Bueno, al cabo de dos horas más se decidió que la prensa ya no debería ir a Uyuni k, sino  directamente hacia el lugar de cierre de la ruta es decir Uyuni, bueno sacamos nuestras pilchas del bus como pudimos y nos subimos a las camionetas y vagonetas de los rescatistas, ya listos para partir, y sorpresa el chofercito nos hizo un bloqueo a todos vehículos, no quiso moverse hasta que haya un compromiso firmado para que se la ayudara a sacar el bus y claro como no puede ser de otra manera una camioneta se quedó de garantía.
Empezamos la hermosa travesía a través del Salar, qué imágenes más lindas quedaron grabadas en nuestro chip del corazón,  qué manera de ver lo blanco unirse con lo azul del cielo, claro hay que ir en un 4x4, no hay otra manera de recorrer ese lugar, llegamos al cabo de un buen rato de ir en la parte posterior de la camioneta de la policía completamente congelados a la Isla Incahuasy, dónde pudimos encontrarnos con los turistas, en la isla el decoro y belleza de los cactus nos conquistaron así como la tierna sonrisa de la llamita más linda que pude fotografiar.

En medio del Salar vimos como se explota la sal, también disfrutamos de la isla de banderas de varios países que esta cerquita del Hotel de Sal, a lo largo se veían hoteles y más hoteles que buen síntoma de turismo para nuestro país. Pasado el recreíto recibimos otra vez un refrigerio con el sistema moderno ¡firme aquí!, y nos dirigimos hacia nuestro destino final Uyuni, en el camino al final de la orilla del salar encontramos un monumento erigido hacia aquellas personas que alguna vez perdieron la vida en el salar, recién me di cuenta de lo peligroso que es ese lugar y las precauciones que uno debe de tomar, y pensar que estuvimos perdidos por muchas horas dentro de él. Agradecido con la providencia, disfrutaba la carretera de tierra todavía hacia Uyuni con la enorme alegría de que la nueva carretera asfaltada va a buen paso, mientras más viajo y más asfalto disfruto más creo que Bolivia sigue adelante.
Al llegar a Uyuni quisimos que se nos lleve hacia la plaza para que podamos ser recibidos como los héroes de la jornada.  ¡Nada que ver! nos llevaron al comando donde terminó nuestra ilusión, bueno de repente otra vez nos hicieron subir a las camionetas para ir a cubrir una nota de prensa porque estaban las autoridades en una planta transformadora de Cecaot.  Llegamos a la planta,  todo vacío, no puede ser otra vez en las mismas circunstancias una vez más.
Ya con la moral baja volvimos a la plaza principal, donde ya se había dado inicio al acto principal y otra vez la prensa esta vez completamente dispersa y tarde ausente en el acto. No pensábamos en cubrir notas de prensa, ni artículos ni nada;  las dos más grandes preocupaciones eran, comida y volver a nuestras ciudades fuente de nuestros trabajos.
Ya como un nuevo sindicato de sobrevivientes 12 o 13, ya no recuerdo bien, alistamos nuestros equipajes de camino a pie a la estación de trenes para poder volver a nuestros destinos, cuando ya estábamos acomodándonos y preparándonos para la espera del tren, disfrutábamos de las previas al clásico del Tigrecito con el Bolívar,; apareció Perlita indicándonos que ya tenía listos los vehículos que nos llevarían de retorno a casita.
Como siempre al llegar a la parada,  el Vice tan atento en su ambiente militar dio las instrucciones para que todos los de la prensa volviéramos en camionetas y vagonetas a nuestro destino final. En medio del camino entre las estrellas y el asfalto agradecí y valoré la hermosa Ruta de la Quinua, aunque para nosotros los periodistas, fue la Ruta Perdida de la Quinua.

Informando para todos: El periodista infiltrado  de Cadena y Radio Azul.

miércoles, 20 de marzo de 2013

resumen de 47 dias

viajando y viajando, aprendiendo y aprendiendo. viviendo y viendo.