viernes, 29 de septiembre de 2017

Poema v129

Un día un explorador vio un volcán fuerte y ruidoso y decidió hacer algo que jamás nadie había hecho explorar el interior del mismo porque pensaba que si morir tenía algún día sería haciendo lo que le apasionaba.

Se acercó a los bordes de la orilla del bravo y durmiente volcán, todo parecía en calma parecía que todo estaba sereno, sin embargo al caminar por el suelo del mismo notó como este pareciera que rugia o gruñia en su interior, cual si fuera un gigante roncando a placer.

Mientras más se acercaba al túnel que lo llevaría dentro de él, notó que el piso tenía una sensación térmica más elevada, cual si estuviera en medio de una caldera con agua hirviendo el vapor emergía.

En el interior ya se adentró y comenzó a sentir cual asfixiante cámara de gases tóxicos su respirar aprisionaba y cortaba mientras el caminante seguia tierra adentro.

Una vez en el centro del mismo veía como la lava y los vapores sofocantes protegían un núcleo que vida al volcán daban, ¿que contenía el núcleo? Cual era el misterio que celosamente guardaba el fiel volcán cual soldado que nunca la vigilia bajaba.

Casi con el último aliento el explorador logró ver el interior del núcleo, y empezó a renacer allí mismo en ese preciso instante en que el sentía que la vida se le iba.

El núcleo para el asombro de él era el corazón más puro de una bella dama depositado estaba como central razón de vida de aquel bravo volcán.

Este corazón tenía la ternura, la pasión y amor contenidos cual adn que da vida a toda criatura divina, ese corazón albergaba misterios nunca jamás revelados a ningún ser mortal, pues tenía los códigos secretos que sólo inmortales seres podrían descifrar.

Este corazón había sido creado con elementos de las estrellas, con la ternura de los humanos, tenía la autonomía de pensamiento infinito y libre; y con la belleza jamás concebida durante la creación de mundos nuevos.

El visitante deseo saber como quedarse por siempre a ser protegido por este núcleo por lo que formuló la pregunta ¿como puedo servirte y ser parte de ti?. A lo que el corazón susurró convierte en cenizas y pregunta al Fénix que te regale el secreto de la inmortalidad finita para vivir en libertad y paz. Luego vuelve y déjame arrancar tu corazón y fundirlo al mio, entonces tendrás lo que deseas.

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